Así lucen las instalaciones de la Escuela Teófilo Acebo, desoladas, luego del ataque de las abejas africanas, la mañana del 12 de enero.
Tras las ventanas de los salones, está la imagen del caos que vivieron alumnos y maestros, durante el receso escolar. Libros olvidados en los pupitres, mochilas y cuadernos quedaron tirados en el suelo; mientras los elementos de emergencia sacaban a los estudiantes envueltos en cobijas.
La noche del miércoles autoridades de PC, ubicaron y eliminaron el enjambre; esta mañana bomberos de Tapachula acompañados de un apicultor realizaron un recorrido en la escuela para descartar la presencia de más colmenas.
“Hicimos un recorrido por la escuela y encontramos que ya las habían quemado en la noche, ahorita buscamos y no encontramos otras colmenas”.
Daniel Almaraz / Bombero de Tapachula.
De acuerdo al apicultor, Marcos Enrique Urbina, el enjambre se encontraba sobre la rama de un árbol de mango, a 15 metros del suelo, aproximadamente. En el lugar sólo quedaron los restos del enjambre que fue quemado y algunas abejas que sobrevivieron, volando sobre el panal tirado en el piso.
El especialista, aseguró que el riesgo aún es latente por las pocas abejas que aún vuelan en la zona.
El apicultor, recomendó esperar hasta la próxima semana para volver a clases; mientras que concluye el combate de las abejas.
Por otro lado, maestros de la escuela Primaria Teófilo Acebo, que acudieron al recorrido, solicitaron un dictamen de no riesgo de protección civil para regresar a clases, tras el ataque de estas abejas africanizadas el pasado 12 de enero, en donde al menos 100 niños, niñas y docentes sufrieron las picaduras de estos insectos.
Al mismo tiempo, aprovechó para solicitar a las autoridades de protección civil y a nombre de la comunidad docente una poda de los arboles más grandes y una revisión más exhaustiva árbol por árbol de los que están en el interior de la escuela y en la periferia para evitar más ataques.