El picudo ha sido observado recientemente contaminando los cultivos de soya en los municipios del Soconusco de Chiapas, alimentándose tanto de partes vegetativas y reproductivas de las plantas, dejando sus huevecillos en las vainas que en su fase de larvas se alimentan de los granos.
Este insecto no sólo afecta el volumen de producción del cultivo, también daña la calidad; por ello, un equipo de técnicos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias buscan alternativas al control a esta plaga, a través de aceites esenciales de plantas, como el pinón.
“Se hacen prácticas de muestreo para saber la incidencia del picudo en la zona, siendo así, una de las nuevas tecnologías que se investigan en el instituto es controlar al picudo, a través de aceites esenciales orgánicos y se evalúa el uso de aceite del piñón”.
Yanery Angelita Morales / Técnico de INIFAP.
La especialista, explicó, el picudo ha existido siempre en los terrenos de soya, pero se ha controlado con la aplicación de insecticidas sintéticos, ese uso frecuente de agroquímicos en el cultivo de la región Soconusco, ha inducido resistencia en el pequeño insecto, que, si no es controlado a tiempo, puede generar grandes pérdidas a los productores.
“Los productores continúan con la misma dosificación y el mismo ingrediente activo en el insecticida; lo cual, ha generado resistencia en el insecto. Es como en los humanos si te dan puro paracetamol generas resistencia al medicamento; lo mismo pasa con el picudo”.
La investigación de los técnicos del INIFAP se encuentra en la fase de fundamentación, para después, pasar a la etapa de prueba y aplicación de esta alternativa ecológica y sustentable con el medio ambiente en el cultivo de la soya.
Actualmente, la incidencia del picudo en la soya de la región es mínima y se focaliza en parcelas de la zona baja pegadas al pacífico, pero aún no representa daños severos a la producción total, pues los soyeros se preparan y continúan con el control de la plaga, a través de los insecticidas.
El pequeño insecto no vuela, sobrevive bajo tierra. Al término de la cosecha de la soya se entierra unos 40 centímetros, para salir en la época de lluvia, en el momento que da inicio el periodo de siembra del grano.