Más de 47 millones de aves murieron debido a las infecciones y los sacrificios en Estados Unidos durante este año ya que, según las autoridades, una forma diferente del virus infectó a más aves silvestres que transmiten la enfermedad.
En 2015, 50.5 millones de aves murieron en el brote más mortífero de Estados Unidos, el peor evento de salud animal en el país hasta la fecha.
Lo anterior causó la prohibición de las exportaciones, así como la reducción de la producción, lo que llevó a un incremento mayor de los precios de dichos productos en esta época previa a la temporada navideña.
Esto agrava la situación económica de las personas consumidoras además de que existe la amenaza de que la infección puede persistir hasta el verano de 2023, a medida que estas aves migran.