La Unidad Académica de Bachillerato con Interacción Comunitaria (UABIC) realizó un homenaje a Rosario Arcudia Medina, quien fue la primera mujer titulada en Química Farmacéutica en la entonces Universidad Nacional del Sureste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Al cumplirse cien años de la expedición de su título, el coordinador general de la UABIC, Jorge Carlos Guillermo Herrera, subrayó la importancia del acto, pues permitió recordar el legado de la primera mujer que, con su esfuerzo y dedicación, realizó sus estudios profesionales como Química Farmacéutica en un contexto adverso.
“Las oportunidades para las mujeres eran reducidas, en las que no se les reconocían los derechos políticos y sociales más básicos, y en las que se les consideraba que debían estar subordinadas a la autoridad de sus padres o esposo”, expresó.
Destacó que este homenaje, representa una oportunidad para inspirar a las nuevas generaciones, especialmente a las estudiantes para abrirse paso en el ámbito académico y profesional, asimismo, destaquen por sus propios méritos y tengan las mismas condiciones que sus pares masculinos.
Antes de finalizar su intervención, agradeció la presencia de los descendientes de Rosario Arcudia Medina, “ustedes mantiene viva la memoria de una mujer que marcó la historia universitaria de Yucatán.”
Durante el acto, el maestro José Ramón Pérez Herrera, leyó una semblanza de Rosario Arcudia Medina, en la que recordó que hace cien años, en las oficinas administrativas de la recién fundada Universidad Nacional del Sureste, el Rector, Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, y el secretario general, David Vivas, firmaron el título profesional de Rosario Arcudia Medina, egresada de la carrera de Química Farmacéutica en la entonces Facultad de Química y Farmacia.
“Aquel acto marcó un hito en la historia de nuestra Universidad, porque significó la primera titulación profesional de una mujer en nuestra Alma Máter.”
Agregó, que este hecho, sin duda, tiene una gran trascendencia histórica, hace cien años, las oportunidades educativas para las mujeres eran muy limitadas.
“En la mayoría de los casos se pensaba que su lugar estaba en el hogar, en el ámbito privado, pero Rosario Arcudia fue una mujer valiente, decidida y visionaria se atrevió a desafiar las normas sociales de su tiempo, movida por su deseo de aprender, de formarse y de aportar a la sociedad”, apuntó.
Fue así, dijo, que cursó su educación básica, continuó los estudios preparatorios en el antiguo Instituto Literario, hoy Escuela Preparatoria Uno, y después ingresó a la Facultad de Química y Farmacia de nuestra Universidad.
Como parte del programa, la Sra. Silvia de Regil Peniche, nieta de la homenajeada, compartió unas palabras de agradecimiento y recordó con emoción a su “chichi”, como cariñosamente le llamaban.
Evocó las dificultades que su abuela enfrentó en sus estudios, pues algunos de “los maestros no las recibían en sus clases, a ella y a dos compañeras más, no les hablaron en todo su primer año, pero ella se sobrepuso con determinación y con carácter.”
Describió a Rosario Acudia Medina como una mujer muy fuerte y de espíritu libre, que durante muchos años trabajó en la botica de la familia, pero lo dejó para dedicarse a la enseñanza de la Facultad de Química, pues fue profesora durante muchos años.
Comentó también que, por su baja estatura y firme carácter, era conocida con afecto como “Chicharito”, apodo que unía su nombre y su temperamento.
Al culminar el acto protocolario, se les invitó a ingresar al vestíbulo de la Biblioteca “Rosario Arcudia Medina”, para observar un retrato fotográfico de su época de estudiante y el título emitido por la Universidad en la que se acreditaba su grado académico como Química Farmacéutica.
