Los dos polos de desarrollo que se implementaran en la frontera sur de México con la llegada del tren interoceánico y Puerto Chiapas, significan una esperanza de empleo para miles de migrantes que se han establecido en Chiapas, así como mexicanos que han sido repatriados derivado de las políticas migratorias de Estados Unidos.
En el caso de la mayoría de las personas en contexto de movilidad que hay en Tapachula, se encuentran en una situación económica lamentable, por la falta de oportunidades de un empleo con algún tipo de salario fijo con prestaciones.
La mayoría de los migrantes han encontrado una fuente de trabajo en la informalidad, ya sea vendiendo en cruceros, en la vía pública, cerca de plazas y mercados o haciendo trabajos de albañilería, mecánica, soldadura o algunos con un oficio de corte de cabello, son contratados de manera informal.
Empresarios e integrantes de cámaras, han expresado que, también los repatriados connacionales que han regresado por las políticas represivas de Donald Trump, tendrán el reto de encontrar un empleo en su regreso a Chiapas, por lo que los polos de desarrollo son una expectativa para ellos y sus familias.
Si los polos de desarrollo no fueran una realidad, los comercios que hay actualmente, ofrecen pocas oportunidades de empleos, es por ello que, es necesario que los proyectos de desarrollo en Chiapas se concreten, ya que vendrían grandes empresas a establecerse, las cuales tendrían la capacidad de emplear a un número importante de personas, entre ellas, migrantes.
