Skip to content

“Un globo terráqueo cambió mi vida”: Alfredo Ramírez Bedolla

En un momento cargado de nostalgia, el gobernador
de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, compartió con medios de comunicación una
entrañable anécdota de su infancia que -según dijo- marcó profundamente su vida y lo
condujo, de manera indirecta, al camino de la política.

Al ser cuestionado sobre cuál había sido su mejor o más divertida travesura durante su
niñez, Bedolla decidió responder con honestidad y ternura, dejando de lado las travesuras
para hablar de una experiencia formativa que aún guarda con cariño.

“Yo pensé que… mira, te voy a decir lo que más me gustó más bien. Iba yo como en
segundo, tercero de Primaria, en Uruapan, y me regalaron un globo terráqueo. No, pues me
emocioné. Yo creo que por eso de ahí me gustó la Geografía, me sabía todas las capitales,
todos los países. Y pues luego me hice político, yo creo que fue de ahí, ¿verdad? De ese
globo terráqueo todavía me acuerdo y me da mucho gusto, me emociono. Y todavía me
sigue gustando la Geografía”, relató con una sonrisa en el rostro.

Lejos de una simple anécdota escolar, las palabras del mandatario revelan el poder
transformador de la curiosidad infantil y cómo un objeto tan sencillo como un globo
terráqueo puede despertar la conciencia global de un niño.

Para Bedolla, ese regalo no sólo representó una ventana al mundo sino también el inicio de
una vocación por entenderlo, por conectar con otros pueblos y, eventualmente, por trabajar por el suyo.

La historia, más allá de su sencillez, deja un mensaje poderoso: los primeros estímulos en la
infancia pueden definir pasiones de toda la vida y, en algunos casos, incluso el destino de
quienes hoy ocupan posiciones clave en la toma de decisiones.