La contaminación del aire mata a aproximadamente 5.7 millones de personas al año, y representa una pérdida equivalente a casi 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) global debido a sus impactos en la salud, la pérdida de productividad y la reducción de la esperanza de vida, informó el Banco Mundial.
El 95 por ciento de las personas que pierden la vida por el aire contaminado habita en países de ingreso bajo y mediano, según el informe Acelerar el acceso al aire limpio en pos de un planeta habitable, de la institución financiera.
Planteó que si se modifican las políticas, se puede reducir el número de personas expuestas a altos niveles de PM2.5 (material particulado fino de 2.5 micrómetros de diámetro o menos).
A nivel mundial, la mayor parte de la contaminación atmosférica proviene de las actividades humanas, por lo que la reforma de las políticas referidas a los sectores que la provocan, como la agricultura, el desarrollo urbano, el transporte y la industria, así como las formas residenciales de cocinar y calefaccionar, puede ayudar a reducir la presencia en el aire de material particulado nocivo para la salud.
En algunas regiones, el polvo que proviene del desierto constituye una fuente significativa de material particulado fino.
Las políticas orientadas a lograr objetivos múltiples, por ejemplo, respaldar la independencia energética o bajar las emisiones, junto con medidas para reducir la contaminación del aire, pueden representar un enfoque eficiente y eficaz en función de los costos para abordar este problema.
Los beneficios económicos estimados de las políticas de gestión integrada de la contaminación podrían llegar a 2.4 billones de dólares para 2040. Además, para encarar este tema con eficacia es esencial la cooperación entre cuencas atmosféricas, que son las grandes zonas transfronterizas por donde se mueve el aire contaminado.
En el informe se describen tres prioridades que los responsables de formular políticas pueden adoptar para garantizar el aire limpio: fortalecer la gestión, mejorar la disponibilidad de datos sobre la calidad del aire y complementar los recursos públicos con inversiones privadas.