Hablar de salud reproductiva es referirnos a un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de la mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos. Según los expertos esto implica la libertad de decidir tener o no hijas e hijos, cuándo y con qué frecuencia.
Tanto la salud sexual, como la salud reproductiva se diferencian en algunos aspectos, están relacionadas y son parte fundamental para el desarrollo físico y emocional de las personas. Por ejemplo, la prevención y el tratamiento de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) es necesario para conservar la fecundidad; al mismo tiempo, el acceso a los anticonceptivos y su utilización pueden afectar el placer y el goce sexual.
Los expertos aseguran que todas las personas tenemos derecho a decidir de forma libre y responsable sobre nuestra sexualidad y sobre nuestra salud sexual y reproductiva, sin coacción, discriminación ni violencia.