Avanzan en Tuxtla Gutiérrez los trabajos de inspecciones en los cuatro embovedados de la ciudad para evaluar posibles daños causados por la erosión, humedad y peso de estructuras ubicadas sobre ellos. Durante los recorridos, se detectó una afectación grave en la zona del corredor de San Marcos, la cual será atendida de manera emergente.
Se destacó que algunos embovedados tienen más de 40 años sin mantenimiento, lo que ha incrementado su vulnerabilidad ante fenómenos naturales y el paso del tiempo. En 2019, el arroyo San Roque fue el único en recibir una reparación significativa.
El secretario municipal informó que, tras el embovedado de San Marcos, se revisarán otras estructuras como San Pascualito, zoque y Cocal, además de embovedados más pequeños. También se actualizará un levantamiento para identificar cuántas viviendas se encuentran en zonas de riesgo.
Las autoridades trabajan en un plan para concientizar a los vecinos sobre los riesgos de vivir sobre estas estructuras. Se prevé la realización de mesas de trabajo para determinar si algunas viviendas requieren evacuación.
