Lo que debía ser una fiesta, llena de alegría y pasión, terminó en tragedia este fin de semana en París.
Lo que comenzó como una noche de gloria para el PSG, tras consagrarse campeón en la final de la Liga de Campeones, pronto se tornó en caos. La euforia desbordó las calles: gritos, emoción y alegría colectiva pintaban un escenario de celebración. Sin embargo, la fiesta dio un giro inesperado. En cuestión de horas, las celebraciones se transformaron en incendios, vehículos calcinados, saqueos y violentos enfrentamientos con la policía.
El saldo fue devastador: dos personas perdieron la vida, una de ellas, un menor de edad, 192 resultaron heridas y al menos 559 fueron arrestadas. Una de las víctimas murió tras ser apuñalada; la otra perdió la vida al ser atropellada por un coche.
Ante los disturbios, el ministro del Interior de Francia, Bruno Retailleau, hizo un llamado enérgico a la policía para que actúe con firmeza contra los responsables del caos.
Y como si la guerra no fuera suficiente, Rusia enfrenta ahora otra tragedia inesperada: el colapso de un puente carretero este sábado. La estructura se desplomó justo cuando un tren con pasajeros pasaba por debajo.
Según los primeros reportes, a bordo del tren viajaban 379 personas, de las cuales al menos 7 murieron.
En cuanto a un posible alto al fuego entre Rusia y Ucrania, los avances son escasos y, más que resolutivos, parecen tristemente útiles.
“Nosotros hemos propuesto un alto al fuego en concreto. Dos, tres días en algunas partes del frente. Esto es para que los soldados puedan recoger cadáveres”, comentó el líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski.
Y todo indica que la violencia, lejos de dar tregua, se propaga con una alarmante facilidad por el mundo.
Colorado, Estados Unidos, fue escenario de un ataque terrorista durante una protesta a favor de Israel. Un hombre, cuya identidad aún no ha sido confirmada, se acercó a una plaza al aire libre y abrió fuego indiscriminadamente contra los manifestantes.
Hasta el momento, se reportan ocho personas gravemente heridas.
Y en noticias más amables que alegran el alma, mientras el líder político polaco Karol Nawrocki ofrecía una conferencia de agradecimiento tras ganar los comicios, fue su hija, detrás del escenario, quien terminó robándose todas las miradas.
Con sus manitas formaba corazones y, con una ternura natural al moverse y recorrer el escenario, sin proponérselo, se ganó el corazón y la atención de más de uno durante el discurso.
No cabe duda que en medio de la tensión y el caos, a veces, lo que llama la atención, es la nobleza y ternura de la inocencia.