Astrónomos del International Centre for Radio Astronomy Research (ICRAR) y del observatorio australiano ASKAP detectaron algo sorprendente en el cúmulo de Virgo: “un puente de gas neutral de hidrógeno que conecta dos galaxias enanas, NGC 4532 y DDO 137.”
Este filamento invisible se extiende por más de 185 000 años luz, es decir, casi el doble del tamaño de la Vía Láctea, y termina en una gigantesca “cola” gaseosa que alcanza 1,6 millones de años luz, el mayor registro de este tipo hasta ahora.
El hallazgo fue posible gracias a las observaciones de radiofrecuencia de alta sensibilidad del radiotelescopio ASKAP, en Australia Occidental.
Los científicos creen que el fenómeno se debe a una interacción gravitacional extrema entre ambas galaxias, que literalmente “arranca” parte de su gas y lo une mediante un filamento interestelar.
Esta conexión revela cómo las galaxias intercambian materia, cómo se forman nuevas estrellas fuera de los discos galácticos y cómo las fuerzas cósmicas moldean el universo a gran escala.
Además, este hallazgo redefine nuestra comprensión de la estructura oculta que une a los cúmulos de galaxias: una red invisible de gas y gravedad que mantiene unido el cosmos.
