La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una advertencia sobre el incremento de casos de COVID-19 a nivel global, impulsados por la aparición de una nueva variante del virus SARS-CoV-2, identificada como NB.1.8.1. Aunque este linaje ha sido clasificado como de interés y ya se encuentra bajo monitoreo, el organismo internacional señala que el riesgo actual para la salud pública es considerado bajo.
El anuncio se desprende de un informe técnico publicado el pasado 23 de mayo por el Grupo Asesor Técnico sobre la Evolución de los Virus (TAG-VE, por sus siglas en inglés), el cual hace énfasis en que las vacunas vigentes continúan ofreciendo una protección adecuada, tanto frente a síntomas leves como ante cuadros graves asociados a esta nueva variante.
La NB.1.8.1 desciende de la variante recombinante XDV.1.5.1 y fue detectada por primera vez a finales de enero de este año. Aunque su propagación ha sido rápida, los expertos aseguran que presenta solo una leve capacidad adicional de evasión inmunitaria en comparación con la variante LP.8.1, que sigue siendo predominante a nivel mundial.
Actualmente, LP.8.1 representa el 39 por ciento de los casos reportados, aunque se ha observado una disminución paulatina. En contraste, NB.1.8.1 ha mostrado un crecimiento importante en las últimas semanas, pasando de un 2.5 por ciento a una prevalencia mucho mayor, según datos correspondientes a la semana epidemiológica 14 (del 31 de marzo al 6 de abril).
La OMS puntualizó que continúa realizando un seguimiento constante de las variantes emergentes y su posible impacto en la eficacia de las vacunas, en colaboración con su Grupo Técnico Asesor sobre la Composición de las Vacunas contra la COVID-19. Asimismo, aseguró que actualizará su evaluación de riesgos conforme se recopile nueva información de diferentes regiones del mundo.