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Inyectan material radioactivo a cuerno de rinocerontes para evitar la caza furtiva

Quizás no lo sabías, pero para protegernos de la propia naturaleza humana, esa capaz de generar el caos más absoluto, la mayoría de los principales aeropuertos y puertos, incluidos los de Sudáfrica, ya cuentan con la infraestructura necesaria para detectar material radiactivo. ¿Para qué? Para detectar armas nucleares. Así, en teoría, evitamos el contrabando entre países. En una vuelta de tuerca, la ciencia acaba de encontrar en esta infraestructura una solución para frenar la caza furtiva.

Cuernos radioactivos. La noticia es tan sorprendente como verídica: un grupo de científicos sudafricanos lleva un año inyectando material radiactivo directamente en los cuernos de rinoceronte vivos. La idea: hacerlos más fáciles de detectar en los puestos fronterizos. Detrás del proyecto está la Unidad de Radiación y Física de la Salud (RHPU) de la Universidad Witwatersrand en Johannesburgo.

Por qué los cuernos. Por supuesto, el enclave donde está ocurriendo no es baladí. Sudáfrica alberga a la mayoría de los rinocerontes del planeta y, como tal, es un punto crítico para la caza furtiva impulsada por, y aquí viene la clave, la demanda desde Asia. Sí, allí los cuernos se utilizan en la medicina tradicional por su supuesto efecto terapéutico (no probado).

Tal y como ha explicado el profesor James Larkin, que dirige el proyecto, “cada 20 horas en Sudáfrica muere un rinoceronte por su cuerno”. De hecho, antes de este sorprendente giro de guión, se había intentado salvar al rinoceronte con otro movimiento inesperado: invirtiendo en bonos.

No sólo eso. Los investigadores indican que el contrabando de estos cuernos los ha convertido actualmente en “el producto falso más valioso en el mercado negro, con un valor incluso mayor que el del oro, el platino, los diamantes y la cocaína. Estos cuernos cazados furtivamente se trafican por todo el mundo y se utilizan para medicinas tradicionales o como símbolos de estatus”, aseguran.

Proceso de inyección de radioactividad. Bajo el nombre Rhisotope Project, los investigadores están perforando bajas dosis de radioisótopos en los cuernos de 20 rinocerontes sedados cuya salud será monitoreada durante los próximos seis meses. Hablamos de dos pequeños chips radioactivos en la zona de los cuernos que luego se “rematan” rociando 11.000 micropuntos por la zona.