Fuentes cercanas al presidente Donald Trump han revelado que Elon Musk, el magnate tecnológico, se prepara para dejar su rol como asesor gubernamental en las próximas semanas. Esta decisión, surge tras la conclusión de su periodo como ’empleado especial del gobierno’, un estatus que le permitía operar con cierta flexibilidad en términos de ética y conflictos de interés.
Musk, quien ha estado al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), implementando recortes significativos, ahora se enfocará en sus empresas, aunque se espera que mantenga un papel de asesor informal para Trump.
Este cambio ocurre en un momento de creciente controversia, con protestas en varias ciudades contra los despidos del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y señales de alerta para los republicanos tras resultados electorales desfavorables en Wisconsin, donde Musk invirtió fuertemente.
Analistas sugieren que la salida de Musk podría indicar un distanciamiento del electorado. Además, se ha señalado su estilo impredecible y las tensiones con miembros del gabinete, como el secretario de Estado Marco Rubio.
A pesar de la transición, se anticipa que Musk seguirá influyendo en la órbita de Trump, aunque desde una posición externa al gobierno. La Casa Blanca se prepara para este ajuste, mientras el panorama político continúa su evolución.