Un fascinante viaje al pasado de más de 500 años es lo que ofrece Tenochtitlan: ciudad viva , un documental mexicano que narra el nacimiento, esplendor y legado de la icónica urbe fundada en el corazón del lago de Texcoco. La producción acaba de ser galardonada con el Premio del Público en la Muestra de Antropología Audiovisual de Madrid (MAAM), destacándose entre una decena de largometrajes de cuatro continentes.
El documental, una obra de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) con apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT), combina la vida cotidiana con la historia imperial del pueblo mexica. Este pueblo, último en asentarse en la Cuenca de México alrededor del año 1300 dC, llegó a un territorio donde las mejores tierras ya estaban ocupadas por los pueblos chichimecas, seguidores de Xólotl.
Dirigido por Luis Fernando Gallardo León, la película retrata la grandeza de una metrópoli que supo aprovechar su entorno mediante el sistema chinampero, calzadas que conectaban la ciudad con los cuatro puntos cardinales y acueductos que separaban las aguas dulces de las salobres del lago. Este ingenio permitió a Tenochtitlán prosperar en un entorno desafiante.
A través de testimonios de investigadores y expertos, Tenochtitlan: ciudad viva reconstruye cómo era la vida cotidiana en la ciudad mexicana: desde la vestimenta y alimentación de sus habitantes, hasta el funcionamiento de sus servicios públicos y el sistema educativo. La narrativa lleva al espectador a imaginar un día en esta impresionante urbe prehispánica, cuya organización y cultura siguen sorprendiendo al mundo.
Con su reciente reconocimiento internacional, este documental reafirma la relevancia de redescubrir y compartir el legado histórico y cultural de México. Tenochtitlán: ciudad viva se presenta como un testimonio visual que rescata la grandeza de un pueblo cuya influencia trasciende el tiempo.