En la madrugada del 2 de enero, desde el parque Bicentenario de Tapachula, alrededor de 1,500 migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela y Centroamérica, iniciaron la primera caravana del 2025, avanzando sobre la carretera costera de México.
Esta caravana, la décima desde el inicio del mandato de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, surge como respuesta a la falta de oportunidades para obtener citas en el programa CBP ONE, que busca regularizar el ingreso a Estados Unidos.
“Como todos los venezolanos buscando una mejor calidad de vida, porque en Venezuela no está acorde para vivir, salimos en caravana porque es más seguro, hay un dicho que dice que en la unión esta la fuerza. Somos una familia de 8 personas, vamos a ver si él (Trump) nos acepta a todos”.
Randy González / Venezolano.
Los migrantes, muchos de los cuales pasaron la celebración de Año Nuevo en la calle, comenzaron su travesía.
La caravana refleja no solo una creciente crisis migratoria, sino también la desesperación de miles que buscan una vida mejor en la unión americana, a pesar de los riesgos a los que se enfrentan.
“Están dispuestos a caminar porque no tienen otra opción, han estado varados de 2 a 3 meses en Tapachula, donde el INM y la COMAR les cierra sus puertas con unos grandes candados burocráticos, en los cuales arriesgan sus vidas al quedar a merced del crimen organizado”.
Luis García Villagrán / Director del Centro Dignificación Humana.
Según datos recientes, el flujo migratorio hacia la frontera norte de México ha aumentado considerablemente, con un 25% más de personas intentando cruzar en comparación con el año anterior. La imposibilidad de obtener citas a través del CBP ONE ha llevado a estos migrantes a optar por la caravana, una estrategia que, aunque arriesgada, les brinda la esperanza de unirse a otros en su camino hacia Estados Unidos.
La situación actual plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas migratorias implementadas por el gobierno de Claudia Sheinbaum. La falta de recursos, la burocracia y la corrupción han dejado a miles sin opciones, impulsándolos a unirse a caravanas que, aunque peligrosas, ofrecen una sensación de comunidad y solidaridad para no caer en las manos de crimen organizado.
La combinación de crisis políticas, violencia y pobreza en Venezuela y Centroamérica ha creado un caldo de cultivo para la migración masiva, y la respuesta del gobierno mexicano debe ser reevaluada a la luz de estas realidades.