Este martes, Estados Unidos implementó un arancel del 25% a las importaciones mexicanas, poniendo en riesgo un comercio valorado en más de 839 millones de dólares al año. La medida llega en un momento delicado para la economía mexicana, que ya enfrentaba una desaceleración, y podría empujarla hacia una recesión. La tensión se refleja en el mercado cambiario, donde el peso se debilitó frente al dólar, alcanzando los 20.79 pesos.
A pesar de que México ha cumplido con compromisos para controlar el tráfico de fentanilo y frenar la inmigración ilegal, la decisión final de Trump podría tener repercusiones severas. El impacto podría ser catastrófico, con una caída del Producto Interno Bruto mexicano de entre el 0.5% y el 1%, afectando gravemente las exportaciones, la inversión extranjera y el consumo. Incluso los aranceles sobre productos específicos como el acero y el aluminio podrían desencadenar efectos en cadena en sectores clave como la automotriz y la manufactura.
Con este escenario, México podría enfrentar un periodo de incertidumbre económica si los aranceles se mantienen a largo plazo, lo que afectaría tanto a la economía estadounidense como a la mexicana. La relación comercial binacional, respaldada por el TMEC, podría verse alterada de manera significativa, dejando al país ante un futuro económico incierto.