El frío y la sequía del invierno pueden pasar factura a tus manos y uñas: la piel se reseca y las uñas se vuelven más frágiles. ¡Pero no todo está perdido! Con algunos hábitos sencillos, puedes mantenerlas saludables y bonitas.
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Hidrátalas con frecuencia: Una buena crema o aceite después de lavarte las manos hace maravillas.
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Usa guantes: Protege tus manos del frío y de productos de limpieza fuertes.
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Cuida tus uñas: Córtalas y límalas suavemente; evita los golpes bruscos.
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Alimenta tus uñas desde dentro: Vitaminas como biotina, zinc y vitamina E ayudan a mantenerlas fuertes.
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Evita productos agresivos: Quítate el esmalte con suavidad y limita el contacto con químicos fuertes.
Con estos pequeños cuidados, tus manos se sentirán más suaves y tus uñas más fuertes durante toda la temporada.
Esta información es solo de carácter informativo y no promueve ninguna religión. Siempre es importante consultar a un especialista para una valoración personalizada y segura.
