Tu entorno influye directamente en tu estado mental. Pero no todos los rincones del hogar están pensados para desconectar. Por eso, muchos terapeutas y diseñadores de interiores hablan de la importancia de tener un espacio neutro: un lugar que no sea oficina, ni cocina, ni televisor… sino un rincón libre de estímulos para simplemente estar.
Este espacio puede ser una silla junto a la ventana, una esquina con una planta y una vela, o un tapete donde meditas o escribes. Lo importante es que esté limpio, que no esté saturado de objetos ni de pantallas, y que tu mente lo reconozca como un “refugio” personal. Allí puedes sentarte cinco minutos a respirar, escuchar música suave o desconectarte.
Crear un lugar para recargar no es un lujo, es una necesidad en un mundo hiperconectado. Y ese pequeño refugio puede convertirse en una de tus herramientas más valiosas de autocuidado diario.
– Paco Corral
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