En una sociedad donde se premia la productividad constante, muchas personas sienten culpa por descansar. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que permitirte hacer “nada” sin estímulos, sin celular, sin tareas pendientes tiene un impacto profundo en tu bienestar.
Cuando no estás enfocado en una tarea específica, tu cerebro entra en lo que se conoce como modo predeterminado, una red neuronal que se activa cuando estás descansando o soñando despierto. Ese estado es clave para que surjan nuevas ideas, soluciones creativas y proceses emociones. De hecho, las mejores ideas muchas veces aparecen en la regadera, caminando o simplemente mirando por la ventana.
Dedicarte intencionalmente a “no hacer nada” unos minutos al día puede ayudarte a reducir el estrés, aumentar tu claridad mental y mejorar tu creatividad. Si bien suena contraintuitivo, a veces el descanso es la estrategia más efectiva para seguir avanzando.
– Paco Corral
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