En una sociedad obsesionada con la eficiencia, detenerse puede parecer un lujo. Sin embargo, descansar no es perder tiempo, sino una parte esencial del rendimiento. El fenómeno conocido como “Niksen”, originario de los Países Bajos, promueve precisamente eso: aprender a no hacer nada por unos minutos al día para liberar la mente.
De acuerdo con la Harvard Business Review, tomar pausas conscientes reduce el agotamiento y estimula la creatividad. Cuando el cerebro no está bajo presión, puede procesar información y resolver problemas de forma más efectiva. Es por eso que muchas veces las mejores ideas surgen mientras descansamos o realizamos actividades relajadas.
El descanso no es un premio, es una necesidad biológica. Practicar el Niksen o simplemente desconectarte por un rato puede ser la clave para hacer más… haciendo menos.
Por Paco Corral
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