Ante la nueva ofensiva de Estados Unidos contra las misiones de médicos cubanos en varias naciones del hemisferio, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo descartó que se trate de trabajo forzado, como asegura Washington.
Primero, no es trabajo forzado. Bueno, tendría que demostrarse, enfatizó la mandataria a pregunta expresa en la mañanera de ayer sobre las restricciones de visas a funcionarios centroamericanos por la explotación de médicos cubanos mediante esa práctica, anunciadas la víspera por el secretario de Estado estadunidense, Marco Rubio –de origen cubano–.
En el caso de México, hay un contrato con Cuba y otras naciones por el problema que tuvo el país en el periodo neoliberal, que dejaron de formar médicos; entonces, hay un contrato para que galenos cubanos ayuden a la población, detalló.
Esta alianza, enfatizó, se dio en el marco de la soberanía de ambas naciones. No vemos ningún problema en eso. Es legal y es abierto. Agregó que es parte de la política exterior de nuestro país, la cual no se puede definir en función de otros, sino de los intereses de la nación y del pueblo.
Las misiones de salud de los médicos cubanos han atendido a más de 2 mil 300 millones de personas en 165 países durante más de 60 años.
Más adelante, a la pregunta sobre una posible cancelación de visas a funcionarios o ex funcionarios mexicanos por el acuerdo con La Habana, la Presidenta subrayó:
Colaboración, coordinación, pero no subordinación. México defiende su política exterior, como dice la Constitución de la República.