Un nuevo observatorio espacial ya está en órbita con un objetivo monumental: capturar la luz acumulada de todas las galaxias y revelar pistas sobre el origen y evolución del universo. El telescopio Spherex, lanzado por SpaceX desde California, utilizará tecnología infrarroja para analizar el cosmos de una manera nunca antes vista.
A las 4:11 de la mañana, hora de España, ha despegado el cohete Falcon 9 de SpaceX con dos importantes sondas de la NASA, SPHEREx y PUNCH. Estas dos misiones se han desplegado sin problemas y ya viajan rumbo a sus respectivas misiones de observación del universo. Entre sus objetivos está la creación del mapa 3D más colorido que se ha realizado del universo, con el que comprender los primeros instantes del cosmos.
La propia NASA indica que la misión SPHEREx añade fortalezas a la flota de telescopios que ya tiene desplegados la agencia, tan importantes como Hubble o James Webb. Aunque su foco de estudio es conseguir una visión más general del universo, mientras que sus predecesores se centran más en detalles y regiones específicas.
La misión SPHEREx se centra en tres objetivos. El primero es crear un mapa en 3D de más de 450 millones de galaxias con el que estudiar la rápida expansión que sufrió el universo un segundo después del Big Bang. Es lo que se conoce como inflación cósmica cuando en “la primera milmillonésima de billonésima de billonésima de segundo” después del Big Bang, el universo aumentó de tamaño en un billón de billones de veces.
Desde la Vía Láctea hasta las primeras galaxias nacidas tras el Big Bang, este telescopio promete responder preguntas clave sobre el universo.
Con un presupuesto de 488 millones de dólares, la misión Spherex busca rastrear la formación y evolución de las galaxias a lo largo de miles de millones de años. Orbitando la Tierra a 650 kilómetros de altura, completará un mapa del cielo cada seis meses, repitiendo este proceso cuatro veces en dos años.
A diferencia de los telescopios Hubble y Webb, que estudian galaxias con gran detalle, Spherex se centrará en el resplandor colectivo del universo. Al hacerlo, captará la luz acumulada de todas las galaxias a lo largo del tiempo cósmico, incluyendo aquellas que pudieron haberse pasado por alto en estudios anteriores.
Spherex operará en el espectro infrarrojo, detectando longitudes de onda que el ojo humano no puede percibir. Su tecnología le permitirá distinguir 102 colores diferentes, creando el mapa del universo más completo y colorido jamás realizado.
Para funcionar correctamente, el telescopio debe mantenerse a temperaturas extremadamente bajas. Su diseño incluye tres capas de aluminio en forma de panal, que lo protegen del calor del Sol y la Tierra. Su forma, comparada con un cono gigante, recuerda a un collar veterinario para perros.
El telescopio no observará directamente el Big Bang, pero sí sus consecuencias. Al analizar el resplandor cósmico, los científicos esperan reconstruir la historia de las primeras galaxias y entender mejor cómo se expandió el universo en sus primeros instantes.
“No veremos el Big Bang, pero sí sus efectos y podremos aprender sobre los inicios del universo”, afirmó Bock.