El núcleo de la Tierra es importante por muchas razones que afectan a la estructura del planeta, tales como la generación del campo magnético, la regulación del calor interno o incluso en su influencia en la gravedad y la rotación. Hace unas semanas contamos que se estaba quedando rezagado de la corteza. Dicho de otra forma, el interior de la Tierra no gira a la misma velocidad que la superficie. Ahora debemos añadir que tiene una estructura oculta.
Un donut. No es broma. Publicado esta semana en la revista Science Advances, los investigadores de la Universidad Nacional Australiana (ANU) han añadido una pieza gigante al rompecabezas que hasta ahora permanecía sin detectar. En esencia, que la Tierra cuenta con una región con forma de rosquilla hasta ahora desconocida dentro del núcleo exterior, lo que ofrece nuevos conocimientos sobre la dinámica del campo magnético del planeta.
Para ser más exactos, se trata de una gran región en el núcleo alrededor del Ecuador, en latitudes bajas, a unos cientos de kilómetros de espesor, donde, al parecer, las ondas sísmicas viajan aproximadamente un 2% más lento que en el resto del núcleo.
Entendiendo el hallazgo. Tal y como recuerdan en el trabajo, la Tierra tiene dos capas centrales: el núcleo interno, una capa sólida, y el núcleo externo, una capa líquida. Luego, alrededor del núcleo de la Tierra se encuentra el manto. La nueva región con forma de rosquilla estaría en la parte superior del núcleo externo de la Tierra, donde el núcleo líquido se encuentra con el manto.
Según Hrvoje Tkalčić, coautor del estudio y geofísico de la ANU, las ondas sísmicas detectadas son más lentas en la región recién descubierta que en el resto del núcleo externo líquido. “La región se encuentra paralela al plano ecuatorial, está confinada a las latitudes bajas y tiene forma de rosquilla. No sabemos el grosor exacto de la rosquilla, pero dedujimos que llega a unos cientos de kilómetros por debajo del límite entre el núcleo y el manto”.
Descubriendo la “rosquilla” en el núcleo. Para llegar hasta el hallazgo, los científicos analizaron las similitudes entre las formas de onda muchas horas después de los tiempos de origen de varios terremotos, lo que les llevó a realizar el descubrimiento único. “Al comprender la geometría de las trayectorias de las ondas y cómo atraviesan el volumen del núcleo externo, reconstruimos sus tiempos de viaje a través de la Tierra, lo que demuestra que la región recién descubierta tiene velocidades sísmicas bajas”, explica Tkalčić.