Desde hace muchos años, Chuiná es el espacio de devoción indígena-católica más importante del estado de Campeche y uno de los principales centros religiosos de la península de Yucatán.
Al visitar este sitio, se puede observar un cerro, una cueva y una laguna, mismas que han ayudado al proceso histórico de este lugar.
El origen maya del nombre significa “casas costuradas” (chuy, costurar y na’, casa). Originalmente Chuiná estaba bordeado por 5 lagunas, conocidas como las “aguadas de Chuiná”.
Sin embargo, después del azote del huracán Roxana en el año 1995, las cinco aguadas se inundaron de tal forma que quedaron unidas creando una única laguna de gran tamaño.
La región donde se localiza Chuiná fue conocida en la época de la colonia como la “zona de las montañas” a donde los mayas huían del yugo español y de acuerdo a escritos del siglo XVII, se menciona a un poblado de nombre “san Antonio de Chunal” y aunque este nombre varia al de Chuiná, por la descripción que se hace del lugar, es muy posible que se trate del mismo sitio y por lo consiguiente este seguramente fue el primer nombre de esta región.
Ya en el siglo XX la iglesia católica fue tomando el control de este espacio religioso y estableció la imagen de la virgen de Dolores, misma que se mantenía resguardada en Champotón y solo se llevaba al santuario durante los días de fiesta.
Cabe mencionar que el primer altar de Chuiná fue construido en 1950 por Cesar Novelo, entonces párroco de Champotón, sobre tres grandes piedras en donde se mencionaba que se aparecía la virgen y en donde antes se oficiaba la misa los días de peregrinación.
Antiguamente solo se podía llegar al cerro de la virgen de Chuiná, desde Sabancuy o lugares cercanos caminando, a caballo o en carretas. En ocasiones estos viajes duraban tres días. algunos se quedaban todos los días de fiesta acampando en los alrededores del cerro, por lo que se llevaba pavos, gallinas y puercos para comerlos en el camino.
Ante el crecimiento de la devoción a la virgen, según historiadores el entonces presidente municipal de Champotón, Eduardo Negrín Baeza impulsó la apertura del camino de las aguadas de Chuiná a Champotón en 1950.
Pero hoy, son miles de fieles que acuden a la pequeña capilla ubicada en las faldas del cerro, sí, el cerro donde cuenta la tradición que un día de muchos ya pasados, apareció la Virgen.
Muy cerca está el agua, donde los fieles suelen sumergirse para lograr el milagro de la fe, en la virgen dolorosa, que desde hace un siglo es venerada por gente local, de fuera y desde el extranjero.
En plena Semana Santa es cuando hacen acto de presencia miles de creyentes a este recinto de fe, de catolicismo y se convierte en el punto de mayor afluencia en el municipio de Champotón, camiones llenos de gente, en su mayoría del estado de Yucatán, llenan la estrecha calle que conduce al centro del poblado.
Los ríos de gente se pueden apreciar en las calles donde el comercio expone su mercancía, procedentes de distintos puntos del país, así se vive, la feria de Chuiná.