El Síndrome del Impostor, también conocido como síndrome del buen impostor y síndrome del fraude, es un concepto que describe a personas no son capaces de internalizar sus logros y sienten un temor persistente a parecer delante de los demás como un «fraude».
El síndrome del impostor tiende a ser entendido como una reacción a ciertos estímulos y eventos, pero no se diagnostica como un trastorno mental. De todas formas, ha sido un tema de investigación para muchos psicólogos a lo largo de los años. Aunque inicialmente se percibió como un rasgo arraigado de la personalidad, recientemente se ha clasificado como una reacción a ciertas situaciones. Bajo esta interpretación, la sintomatología se presenta como una respuesta a situaciones que provocan estos sentimientos y experiencias internos de poco merecimiento.
Como todo, algunas personas más que otras son más propensas a sentirse como “impostores”, y sus síntomas pueden identificarse mediante el uso de escalas de personalidad, aunque el síndrome del impostor no es en sí mismo calificado como un rasgo distintivo de la personalidad.