Por la llegada de los Reyes Magos, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) recomienda que ante el posible riesgo de que algunos juguetes contengan materiales como plomo, que representa un grave peligro para la salud de las personas menores de edad, es preferible únicamente adquirir aquellos productos con etiquetas informativas, que contengan medidas de precaución y que garanticen la calidad del producto.
Además, para evitar cualquier accidente que ponga en peligro la vida de los niños y niñas, es fundamental verificar que el juguete sea apropiado a la edad recomendada por el fabricante, ya que el uso inadecuado puede exponer a niñas y niños al riesgo de asfixia por ingestión de piezas pequeñas u obstrucción en fosas nasales y oídos.
Para garantizar el bienestar de la población, la Cofepris dio a conocer que ya se están llevando a cabo pruebas en el Laboratorio Nacional de Referencia a juguetes, esto con el fin de verificar que no sean un riesgo, y es que en el caso del plomo siendo un metal pesado, puede llegar a tener afectaciones en el sistema nervioso central y circulatorio.
Las pruebas especiales son para identificar plomo que comúnmente se aplica como recubrimiento en las superficies, así como en etiquetas, cartón, cuerdas, vestuario y demás accesorios integrados. El proceso consta de la clasificación de las piezas que integran el producto de acuerdo con su tamaño. Las de menor dimensión se introducen a través de un tubo cilíndrico con inicio diagonal, que imita la tráquea humana.
Si la pieza logra entrar en su totalidad, se analiza de manera íntegra; a las que no atraviesan el cilindro se les realiza raspado en la cubierta de pintura; este proceso se aplica a cada color con el que esté decorado el juguete. En cuanto a las calcomanías, ropa, cuerdas y demás materiales que integren el juguete, se cortan en fracciones de 6×6 mm, material que debe pesar como mínimo 100 mg.
Las muestras se someten a un proceso físico conocido como lixiviar, que consiste en obtener la sustancia soluble (soluto) de un sólido en contacto con un solvente. Para este caso se emplea ácido clorhídrico para simular las condiciones ácidas en el estómago, en caso de que el juguete o una parte de él pudiese ser tragado por la niña o el niño.
Este proceso tiene una duración total de dos horas. Primero las muestras se agitan durante una hora y posteriormente se mantienen en reposo una hora más protegiéndolas de la luz. Pasado el lapso total, se filtran. Finalmente, se toman los solutos y se aplica una de tres técnicas llamadas: ICP/masas, ICP de emisión óptica y espectrometría de absorción. Con ellas se determina la cantidad de plomo que puede encontrarse en el juguete y se garantiza que no rebase el límite establecido por las normas oficiales.