Para muchas personas la Navidad puede estar relacionada con sentimientos positivos, de amor, de ilusión y de alegría. Pero es bastante frecuente que para algunas otras sean fechas especialmente difíciles.
En esta temporada navideña hay personas que experimentan un estado de ánimo negativo conocido como depresión blanca, que, sin llegar a ser un trastorno como tal, se caracteriza por la aparición de síntomas como la tristeza, el insomnio, la ansiedad o el mal humor.
Uno de los motivos de malestar en Navidad puede ser el estrés que generan las fiestas y las reuniones familiares: la autoexigencia y el deseo de vivir las «Navidades perfectas», la dificultad para compatibilizar la vida laboral y familiar con las vacaciones escolares, la presión social por organizar grandes encuentros y comprar muchos regalos, a veces por encima de nuestras posibilidades.
Las tensiones familiares que pueden surgir en las celebraciones, y la gran tarea que supone a menudo comprar, cocinar, limpiar y organizarlo todo en estos encuentros.
Sumado a lo anterior, a menudo las mujeres son quienes se hacen cargo de gran parte de estas responsabilidades en las familias, con la carga mental y el estrés añadido que supone para ellas.
Los síntomas más frecuentes que surgen ante la depresión estacional o navideña, son:
Cansancio
Apatía
Desgano
Pérdida de vitalidad
Irritabilidad extrema
Pensamientos negativos
Expertos en el tema recomienda acudir a consulta para evitar acciones que lleven a atentar contra la vida, pues en esta temporada decembrina la tasa de suicidios aumenta.
Es recomendable buscar momentos de compañía con los seres queridos y disfrutarlos, además de mantenerse activo, con ello se estará evitando tener pensamientos negativos.