El 19 de septiembre quedó marcado en la memoria e historia de México por los sismos más impactantes que se han registrado en las peores devastaciones del país.
El 19 de septiembre de 1985 un terremoto magnitud 8.1 con epicentro en el Océano Pacífico colapsó prácticamente a toda la capital del país, a las 7:17 horas con 47 segundos, hogares, escuelas, edificios se vinieron abajo mientras gran parte de la población continuaba dormida o alistándose para realizar sus actividades comunes.
Miles de personas quedaron sepultadas bajos los escombros y otras fueron rescatadas tras permanecer varios días en espera de ser escuchados.
Desafortunadamente las ayudas humanitarias tardaron en llegar debido a que la tecnología de ese entonces impidió una pronta comunicación con la población y las autoridades.
Familiares y amigos tardaron semanas en dar con el paradero de sus familiares fallecidos o en calidad de desconocidos, los mexicanos desconocían paradero de consanguíneos debido al colapso de líneas telefónicas y redes eléctricas.
Se sabe que ante la magnitud del fenómeno al menos 250 mil personas que se quedaron sin casa, 900 mil se vieron obligadas a abandonar sus hogares y las cifras oficiales apuntan a que en total fueron tres 192 las personas fallecidas, mientras que organizaciones hablan de 20 mil fallecidos.
Por su parte, en 2017 las autoridades y población recordaban y conmemoraban a las víctimas del 19 de septiembre de 1985 cuando un sismo los tomó por sorpresa.
Corrían las 13:14 horas cuando la población sintió cimbrar la tierra con un sismo de magnitud 7.1, el cual tuvo epicentro a un kilómetro de San Felipe Ayutla, Puebla.
En su momento se habló de 369 fallecidos y cifras de pérdidas económicas cuantiosas.
Los estados de Puebla, Morelos, Estado de México y Guerrero fueron en las zonas en las que más cuerpos sin vida fueron rescatados de entre los escombros.