La ONG Médicos Sin Fronteras denunció el jueves un preocupante aumento de la violencia contra los migrantes en su recorrido por Centroamérica y México, en momentos en que el flujo migratorio también bate récords.
Según la organización, al presentar su informe anual, se da violencia sexual mayoritariamente en la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, y violencia física o secuestros en el noreste de México, en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Texas.
“Nos preocupa enormemente la normalización de las situaciones de violencia extrema, como la extorsión, el secuestro y la violencia sexual que afectan directamente la salud física y mental de esta población”, agregó. “Pareciese como si la violencia se hubiese vuelto un mecanismo de regulación del flujo migratorio” que, además, estuvo conformado por población más vulnerable.
Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió a un 36 % más de menores de cinco años.
MSF subrayó que el incremento de movilizaciones de extranjeros no debería implicar un aumento de la violencia, sino que “prueba la absoluta ineficacia de las políticas y mecanismos existentes para proteger a estas poblaciones”, dijo Camilo Vélez, jefe de misión adjunto, en alusión a garantizar su acceso a la salud, a un tránsito seguro o a protección internacional.
El informe habla, además de “violencia acumulativa” en los casos de secuestro “como amenazas, violencia física, violencia sexual, privación del sueño y de alimentos y agua, además de reportes de violencia física extrema como quemaduras con ácido, fracturas y tablazos, e incluso mencionan haber sido testigos de homicidios”.