Los goles de Rodrygo Goes y de Kevin de Bruyne llevaron la eliminatoria a los penaltis, que decidiron que el conjunto merengue se enfrentará al Bayern Munich.
El Manchester City es el campeón de Europa, pero el Real Madrid es el rey. Y cuando este parece estar muerto y con la corona a punto de resbalarse de sus dedos, resiste hasta el último aliento y, en una tanda de penaltis inverosímil tras decena de ocasiones de los ingleses, emerge para acceder a semifinales.
Los Blancos, que sufrieron durante 120 minutos y durante los dos primeros lanzamientos de la prórroga, con el gol de Julián Álvarez y el fallo de Luka Modric, acabó encaminado hacia las semifinales contra el Bayern Munich, con un descomunal Bellingham a una pierna y un Rüdiger que no sintió la presión del último lanzamiento.
El Real Madrid, como siempre, evitó caer para reír el último y para ver a Bellingham corriendo hacia los 3.000 aficionados y festejar una victoria que solo pareció cerca en los primeros diez minutos.