En el mundo, aproximadamente cada 40 segundos una persona muere por suicidio, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que ha urgido a los gobiernos a incrementar sustancialmente su presupuesto en este ramo para evitar más decesos por padecimientos mentales como la depresión. En México, sin embargo, este incremento ha sido a cuentagotas, ya que de 2022 a 2023 se prevé un alza de apenas el cuatro por ciento.
En el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) entregado el jueves a la Cámara de Diputados por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se contempla que el monto que podrán ejercer las instituciones especializadas en salud mental y adicciones en el país crezca 128 millones de pesos, al pasar de tres mil 307 millones de pesos en 2022 a tres mil 436 millones de pesos para el año próximo.
Dicho incremento, aunque podría representar una mejora para la salud de las personas con padecimientos mentales, es 36 veces menor que el proyectado para la Guardia Nacional en el mismo periodo, ello sin contar que de acuerdo con el programa de Acción Específico de Salud Mental y Adicciones 2020-2024 del gobierno federal, el 80 por ciento del presupuesto del ramo es destinado en gastos operativos.
Lo anterior se suma a la paulatina desaparición de hospitales psiquiátricos en el país, la cual fue aprobada en abril pasado por laCámara de Diputados bajo el argumento de que estos centros de reclusión -generalmente forzada- son violatorios de derechos humanos y generan un mayor estigma hacia las personas con padecimientos mentales.
El nuevo modelo echado a andar por el gobierno federal ahora contempla que la salud mental sea universal y estas enfermedades pasen a ser atendidas en unidades generales, mientras que las familias se encargarían del cuidado de sus enfermos, de la administración de medicamentos y de sus terapias psicológicas.
Información: Alfredo Fuentes | El Sol de México