El uso de la pirotecnia estará restringido en Tuxtla Gutiérrez durante las celebraciones guadalupanas.
Como lo dio a conocer el secretario de Protección Civil Municipal, Eder Mancilla, estas detonaciones estarán limitadas al Libramiento Sur, zona por donde ingresa la magna peregrinación de Villaflores.
Sobre esta nueva disposición están en pláticas con los organizadores de estas movilizaciones, para que sean conscientes de que la medida es para proteger a sectores de la población que son vulnerables a los efectos de esta detonaciones.
Especialmente de las llamadas “bombas” o “morteros” que llegan incluso a clavar en el suelo para generar una detonación especialmente fuerte, que resulta molesta y hasta peligrosa.
Es la sensibilidad auditiva la que más se castiga con estas explosiones que se suceden una tras otra; la detonación de algunos cohetes puede llegar a alcanzar hasta los 190 decibeles, sonido que supera totalmente lo que es permisible para el oído humano.
De acuerdo con especialistas, de los 70 a los 85 decibeles se consideran sonidos aptos para el ser humano adulto sin que generen algún tipo de daño, no obstante, en los niños estos niveles disminuyen alrededor de 20 decibeles porque sus oídos aún son muy sensibles.
Sobre la producción de pirotecnia, a nivel internacional, México ocupa el segundo lugar de Latinoamérica en producción de fuegos artificiales, donde Tultepec, Estado de México, es el principal productor tanto de cohetes de juguetería, como de pirotecnia espectacular.
Y no solo los seres humanos sufren afectaciones, estas explosiones afectan de forma muchas veces visible a los animales, ya que el oído de muchos animales es considerablemente más sensible que el humano, aunque ambos pueden padecer como consecuencia de esto una pérdida de audición y tinnitus, fenómeno consistente en percibir golpes o sonidos en el oído que no provienen de una fuente externa, es decir, oír ruidos que no se corresponden con ningún sonido externo.