La artritis reumatoide es una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por la inflamación crónica de las articulaciones, dolor, inflamación y deterioro progresivo que conduce al daño articular irreversible, lo que tiene como consecuencia el deterioro funcional de los pacientes, la disminución de la calidad de vida y una mortalidad prematura, afectando al 0,5% de la población.
Los síntomas articulares más comunes son dolor, rigidez, hinchazón, sensibilidad anormal y dificultad para mover las articulaciones afectadas. Además, presenta diversos síntomas generales inespecíficos, como malestar, fiebre, pérdida de peso, debilidad muscular, inapetencia y cansancio, y manifestaciones extra-articulares, como los nódulos reumatoides, vasculitis, , pericarditis y pleuritis.