Cuando Nancy desapareció, el pasado sábado 17 de septiembre, sus familiares y amigos hicieron lo que suelen hacer todos los padres de jóvenes que se encuentran en la misma situación: buscar algún indicio del paradero, salir a la calle con la fotografía, la denuncia, hacer cadenas virales en redes sociales y exigir a las autoridades una investigación.
Nancy Hernández Fuentes, de 35 años de edad, era enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y tenía 30 semanas de embarazo. De acuerdo con su ficha de búsqueda, tenía tez morena, complexión mediana, cabello negro chino y ojos cafés oscuros.
Nancy tenía un embarazo de casi 7 meses, esperaba con mucha ilusión a su futura bebé “Sofía”. Ella era madre soltera, tenía la convicción de sacar adelante a su hija. Laboraba en el Hospital Regional Adolfo López Mateos, ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón.
La última información que se tuvo de ella es que terminó su jornada como enfermera en el área de Servicio de Urgencias para Adultos en el turno vespertino. Se le ubicó en la Central de Autobuses de Taxqueña a las 6 de la tarde del 17 de septiembre. De acuerdo con información de colectivas feministas, se comunicó con una de sus mejores amigas y quedaron de verse en Acapulco antes de que Nancy tomara camino a su pueblo Cruz Grande, en Guerrero. A partir de ahí se desconoce qué sucedió con ella.
Hoy colectivas feministas alzan la voz para que el caso de Nancy no quede impune. El cuerpo de la mujer fue hallado sin vida en Asunción Nochixtlán, Oaxaca. Extraoficialmente se notificó que su muerte fue por herida de bala. Las mujeres denuncian que Nochixtlán es una población que desde la CDMX está a 5 horas y de Cruz Grande a 9 horas. Además, no es colindante al estado de Guerrero.
Familiares y amigas refieren que no había ningún motivo para que Nancy fuera a Nochixtlán. “Las mujeres no morimos, nos asesinan”, escribieron.