La contaminación, la tala de árboles, sequías prolongadas, la migración interna, el cambio de actividad de los campesinos, son factores que ponen en alto riesgo la producción de alimentos, por lo que es importante seguir realizando estrategias para no dar paso a la inseguridad alimentaria.
Erika Judith López Zúñiga, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Alimentos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), comentó que la seguridad alimentaria está enmarcada en cuatro ejes: accesibilidad, disponibilidad, consumo y aprovechamiento de los alimentos. No es solamente comer, sino hacerlo todos los días en la cantidad y en la calidad que el cuerpo humano necesita, es decir, se deben garantizar los suficientes alimentos y con la calidad suficiente para satisfacer las necesidades de cada persona.
La investigadora mencionó que un problema es la conservación de los alimentos, lo que provoca considerables pérdidas en cada ciclo de siembra y periodo natural. Un solo ejemplo de desperdicio de alimentos son los mercados públicos y los supermercados, tanto de frutas, verduras e incluso de empaquetados. Si bien la gran mayoría de la población no padece este grave problema, de continuar las mismas tendencias y problemas en el campo, las próximas generaciones, en general, tendrán un acceso limitado a alimentos e insumo básicos.
Refirió que hay otros problemas, como la transculturización que es el introducir a nuestra cultura otros alimentos no locales, lo cual también forma parte de la inseguridad alimentaria, sumado al preferir comprar en supermercados y tiendas nacionales y no en los mercados locales.