Sebastián es un claro ejemplo de que los límites no existen, él tiene 25 años y es originario de Argentina, su pasión es correr y el senderismo, pero hay algo muy particular en su historia, Sebastián es invidente, pero esto jamás ha sido una limitante.
El joven argentino corre en compañía de su amigo o de su hermano, quienes lo apoyan como guías en el trayecto, donde atraviesan, montes, lodo y todas las dificultades clásicas de este deporte.
“Lo que estoy haciendo No es nada de otro mundo, es salir de la rutina y animarse a probar nuevos deportes, caminos diferentes, ojalá pueda ser algún día ejemplo para que más personas con cualquier discapacidad se animen a derribar barreras” mencionó Sebastián.