Una vez más, don Félix Oidor, poblano que radica al norte de la ciudad de Puebla nos sorprende con un nacimiento monumental que coloca cada temporada decembrina. Este año, su dimensión creció dos metros y debido a su tamaño, fue colocado en el patio de su casa, cuando en años anteriores se instalaba en una habitación.
Cada año, don Félix junto con sus hijas y nietos, coloca este nacimiento, una tradición que inició hace 30 años. Gracias a su oficio como electricista industrial , ya jubilado contaba con los conocimientos necesarios para elaborar figuras con motores que les dan vida. Con el paso del tiempo ha creado más de 14 piezas con movimiento, cada una colocada en un punto estratégico que hace único este nacimiento.
Este año don Félix agregó cuatro figuras más: un molino de trigo, una fuente, una molera y un nacimiento de agua que simula un manantial, todo distribuido en un espacio de 6 metros por 6 metros. Con el tiempo, cada integrante de la familia ha asumido un rol, como su hija Alicia, quien se encarga de detallar cada figura, desde hacer la ropa y accesorios de cada pieza hasta pintarles el más mínimo gesto.
Como parte de la tradición familiar, durante el mes de noviembre comienzan con el montaje del nacimiento monumental con el entusiasmo de recibir a los visitantes y curiosos que año con año llegan para admirarlo.
