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Vuelve a temblar en Yucatán: se registra nuevo sismo de magnitud 3.7

La mañana de este viernes volvió a registrarse un sismo en Yucatán, un fenómeno que continúa considerándose atípico en la región. De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el movimiento ocurrió a las 03:46 horas del 5 de diciembre de 2025, con magnitud 3.7, a 17 kilómetros al sur de Muna y a una profundidad de 5 kilómetros.

Este evento se suma a otro registrado este mismo año, un sismo de magnitud 3.8 ocurrido al noreste de Ticul, perceptible para habitantes de la zona pero sin reportes de daños. La recurrencia de estos fenómenos en 2025 ha despertado interés entre especialistas y población, debido a que la península se caracteriza por su muy baja actividad sísmica.

Aunque los movimientos suelen ser leves, este tipo de episodios no son completamente nuevos en la región. En 2019 y 2020 se documentaron sismos menores en municipios como Valladolid, Motul y Muna, los cuales fueron asociados a fallas locales y a la composición kárstica del subsuelo peninsular.

Pese a su rareza, Yucatán cuenta con antecedentes históricos de actividad sísmica ligera. El Atlas de Riesgos del Estado de Yucatán (2024) señala que la entidad “no se encuentra en zonas de generación por fallas tectónicas”, aunque sí existen registros de eventos aislados. Entre ellos destaca el sismo del 24 de julio de 1978, considerado uno de los más intensos dentro del estado, con magnitud 4.6 frente a las costas de Progreso. Aunque no provocó daños importantes, quedó como referencia del límite de intensidad que la región ha experimentado.

Otro episodio recordado ocurrió el 7 de septiembre de 2017, cuando el terremoto de magnitud 8.2 con epicentro en Chiapas fue perceptible en distintas zonas de la península, aunque sin consecuencias por la distancia y profundidad del evento. De igual forma, un temblor de magnitud 3.9 registrado en Quintana Roo en 2022 dejó un leve registro en Yucatán.

Si bien estos fenómenos rara vez representan riesgo, su repetición en un periodo corto refuerza la importancia del monitoreo constante y de mantenerse atentos a los reportes del SSN. La prevención y la difusión de cultura sísmica siguen siendo herramientas clave para reducir riesgos ante este tipo de eventos atípicos en la región.