Cada año, durante todo el mes de mayo, Guanajuato celebra una de sus tradiciones religiosas más arraigadas: las peregrinaciones en honor a la Virgen María. Esta costumbre inició en 1913 y convoca a gremios, barrios, escuelas, instituciones y trabajadores a participar diariamente en procesiones por las calles de la ciudad, con flores y cantos como ofrenda espiritual.
El origen de esta devoción se remonta al siglo XVI, cuando la iglesia franciscana de Santa Clara de Nápoles promovió dedicar mayo a la Virgen. En Guanajuato, la llegada de una imagen mariana en 1557, obsequiada por el rey Carlos V, marcó el inicio del culto local. Esta imagen adoptó la advocación de Nuestra Señora de Guanajuato, y su coronación canónica ocurrió en mayo de 1908, con autorización del Papa Pío X.
La participación más esperada ocurre el último domingo de mayo, cuando los mineros encabezan la peregrinación con trajes típicos y música, generando una gran expectación. Al caer la tarde, alfareros, músicos, transportistas, comerciantes y otros sectores desfilan por las calles, reforzando el carácter comunitario y religioso del evento.
A lo largo de su historia, las peregrinaciones enfrentaron suspensiones por causas políticas, sociales y sanitarias, como en los años de la Guerra Cristera o durante la pandemia de 2020. A pesar de ello, la tradición persiste como un símbolo de identidad y fe para los habitantes de la capital guanajuatense.