El vestuario juega un papel fundamental en la creación de películas memorables, y algunos de ellos han costado auténticas fortunas. Uno de los vestidos más famosos es el de Marilyn Monroe en The Seven Year Itch, cuyo icónico vuelo en la escena del metro lo convirtió en una pieza histórica. Este vestido se vendió en una subasta por 4.6 millones de dólares.
En Cleopatra (1963), Elizabeth Taylor usó trajes que en conjunto costaron 1.5 millones de dólares, un presupuesto exorbitante para la época. Más recientemente, el vestuario de Black Panther destacó por su riqueza cultural, combinando elementos africanos tradicionales con diseños futuristas; el presupuesto del departamento de vestuario superó los 5 millones de dólares.
Estos trajes no solo complementan la narrativa de las películas, sino que también se convierten en íconos culturales que trascienden generaciones.
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– Paco Corral