El Gobierno de Estados Unidos ha enviado un equipo de expertos a Texas para apoyar en la respuesta al brote de sarampión más grave en el sur del país en tres décadas. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron que el personal desplegado trabajará junto con las autoridades locales para contener la propagación de la enfermedad, que ya ha dejado al menos un muerto y 159 infectados.
El equipo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades permanecerá en Texas por hasta tres semanas, tomando decisiones rápidas para controlar la situación de salud pública. Según los últimos informes, al menos 22 personas han sido hospitalizadas debido al brote, que comenzó a fines de enero en el oeste del estado, especialmente en el condado de Gaines, una región con baja tasa de vacunación.
Un niño fallecido, que no estaba vacunado, es la primera víctima mortal del brote, y se teme que los contagios sigan aumentando debido a la alta contagiosidad del sarampión. Las autoridades locales han advertido que el brote podría extenderse durante varios meses, con casos en al menos nueve condados.
Este brote ocurre en medio del resurgimiento del movimiento antivacunas en Texas, donde se están considerando más de 20 proyectos de ley para suavizar las regulaciones de vacunación. Las autoridades instan a la población a vacunarse para prevenir mayores consecuencias.