El origen de la bolsa Birkin de Hermès surgió de uno de los encuentros más fortuitos en la moda. ¿Quién iba a pensar que de una conversación casual durante un vuelo de París a Londres en 1984, entre la actriz y cantante inglesa Jane Birkin y Jean-Louis Dumas (por aquel entonces gerente de Hermès) iba a surgir una de las piezas más icónicas y reconocidas de la firma francesa? Y es que la historia del legado de Hermès, su artesanía y su saber-hacer, estaría incompleta si no habláramos de esta bolsa que es una clara muestra de la marroquinería llevada a su máxima expresión en términos de calidad, durabilidad y herencia.
Lo cierto es que con el paso del tiempo, la exclusividad de la bolsa Birkin de Hermès ha logrado alcanzar uno de los lugares más privilegiados en la industria de la moda. De ahí que, además del bolso Kelly, la Birkin es uno de los diseños más codiciados y buscados por los clientes de la firma. Muy pocas personas tienen acceso a ella, y eso ha ocasionado que más de una persona se pregunte cuántos bolsos de Hermès te pueden vender al año. La respuesta a esta pregunta tiene que ver con los principios de la oferta y la demanda. Aunque esta no es la única incógnita que rodea al misticismo de una bolsa que viene de la herencia de los talleres de Hermès, fundados en 1837.