Los olores tienen una conexión directa con nuestras emociones y memoria, gracias a su relación con el sistema límbico, la parte del cerebro que regula nuestras respuestas emocionales. Es por eso que ciertos aromas pueden hacernos sentir relajados, motivados o incluso más enfocados en el trabajo.
Investigaciones han demostrado que el olor a lavanda reduce los niveles de cortisol, ayudando a disminuir el estrés y mejorar la calidad del sueño. Por otro lado, el olor a cítricos, como el limón o la naranja, puede aumentar la energía y mejorar el estado de ánimo. En ambientes laborales, se ha encontrado que el olor a romero y menta pueden mejorar la concentración y la memoria a corto plazo.
Muchas oficinas han comenzado a implementar aromaterapia para mejorar la productividad de sus empleados. Incluso en casa, puedes usar aceites esenciales o velas aromáticas para influir positivamente en tu estado de ánimo según la tarea que realices.
Así que la próxima vez que necesites un impulso de energía o relajación, considera el poder de los aromas. ¡Podría ser el pequeño cambio que haga una gran diferencia en tu día!
– Paco Corral
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