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Popular pintura en asfalto de carreteras

Una carretera con una enorme línea roja. Otra con una línea verde que brilla en la oscuridad. Rayas a los lados, círculos en las curvas y hasta pasos de peatones que se han convertido en murales. La lucha por contener los accidentes de tráfico está viviendo una fiebre propia: la fiebre de pintar las carreteras y las calles.
Y tiene mucho sentido.

Realmente se trata de engañar a nuestro cerebro. Cuando un conductor o un motorista percibe que circula por un paso más estrecho, levanta el pie del acelerador instintivamente. Lo mismo sucede si se acerca a un cruce donde se ha pintado todo el suelo para llamar la atención.

Es obvio que ese estrechamiento no existe. Todo está en nuestra mente. Está comprobado que una señal vertical no genera la misma percepción de riesgo que la pintura de la carretera. Sencillamente porque una señal es fácil obviarla pero cuando la vista detecta que el suelo tiene menor superficie “libre” se envía una señal al cerebro que percibe un mayor riesgo y el conductor disminuye la velocidad.
Las muestras son múltiples y se está probando con ellas en todo el mundo. Por supuesto, España también está haciendo sus propias pruebas.
Una ilusión generalizada
Da igual que hablemos de España o de cualquier otro lugar del mundo. El ser humano se comporta igual en Escocia, Estados Unidos, Malasia o Andalucía. La prueba la tenemos en que en todos estos lugares se buscan soluciones a un problema recurrente con un mecanismo igual de recurrente: pintar el suelo.

Dentro de las ciudades los casos más llamativos los encontramos en los países donde la distribución urbana está pensada para el coche (Estados Unidos) o allí donde una carretera atraviesa una localidad (Francia). Tampoco se quedan atrás las pruebas en los entornos escolares o en las pequeñas poblaciones donde es habitual cruzar andando (España).

El primer ejemplo no sólo se trata de una prueba. Según rescatan en Bloomberg, la ciudad de Nueva York implementó Asphalt Art Initiative, un proyecto para dibujar grandes murales en cruces conflictivos de la ciudad. Los resultados han sido llamativos, antes de poner en marcha el proyecto, el 50% de los peatones que habían sufrido un atropello habían sufrido lesiones. Pintado el suelo, los vehículso circulaban más despacio y el porcentaje de peatones que referían lesiones después de un atropello se había reducido al 37%.