El Ártico está cambiando. Llevamos mucho tiempo oyendo hablar de cómo el hielo polar se derrite convirtiendo el inmenso desierto helado en un océano abierto. Sin embargo la transformación de la región más septentrional del planeta también se da en capas más profundas. Es la “atlantificación” del Ártico.
Nuevas pistas. Tenemos nuevas pistas sobre este proceso de atlantificación del océano Ártico. Todo gracias a la expedición capitaneada por el ICTA-UAB (Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals) que ha revelado nuevos cambios en los ecosistemas en la región donde los dos océanos se cruzan.
La “atlantificación”. Los expertos denominan atlantificación al proceso de cambio que viven las aguas del océano Ártico. Como se señala desde el propio ICTA-UAB, a “la progresiva invasión de aguas atlánticas en el océano Ártico”.
Aunque este fenómeno esté vinculado al cambio climático, no solo está relacionado con las temperaturas de las aguas en distintas áreas del océano, sino que engloba una serie de cambios químicos en el agua, que tienen que ver con la concentración relativa de sal o de carbonato cálcico.
Desde Vigo hasta Reikiavik. Para estudiar estos cambios, el ICTA-UAB y otras instituciones pusieron en marcha la expedición internacional Biodiversidad Global de Calcificadores Planctónicos Marinos (BIOCAL). La expedición partió del puerto de Vigo en dirección a Reikiavik, Islandia, pasando por dos archipiélagos atlánticos, el de las Azores, en la zona subtropical; y el de Svalbard, en la zona polar.
El objetivo era el de recoger muestras en distintas latitudes del Atlántico norte a partir de las cuales poder estudiar cambios en la biodiversidad marina. El equipo estudió a fondo los organismos planctónicos calcificadores, pequeños organismos que contribuyen a la regulación tanto del dióxido de carbono (CO2) atmosférico como de la química del agua marina, señalan.